Casi no acababa de cruzar por la línea de llegada, cuando a Nico Rosberg le caía el primer chorreo. Sus dos principales jefes, Toto Wolff y Niki Lauda, se tiraban a los micrófonos de las televisiones para reprenderlo duramente. “Así no se puede seguir. Vamos a hablar con los chicos, pero esto no puede seguir así”, afirmaba el director de la escuadra alemana. Leer
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